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Toros

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Este lugar es antitaurino

domingo, 7 de septiembre de 2014

LA NUEVA VÍCTIMA

LA NUEVA VÍCTIMA


  Hace un par de meses por casualidad descubrí una película en una cadena de TV poco conocida. Ya estaba empezada pero esos pocos segundos de visionado me bastaron para quedarme y fui progresivamente impresionada, impactada, sensibilizada, hasta la náusea por vergüenza de formar parte de la humanidad –esa que no acertamos a impulsar a una actuación ética-, con un dolor profundo por lo visionado y por impotencia ante la injusticia.  El film se basa en hechos reales, recogidos y difundidos por un periodista nacional de ese país (que no indico), el cual acudió a raíz de los hechos para informarse.

  Se trata de una aldea en un país del medio-oriente, donde gozan de las ventajas de la vida moderna, automóviles, aparatos audiovisuales y demás facilidades. En el pasado, el país conoció de igualdad entre sus habitantes pero a la fecha actual las mujeres allí ya no tienen los derechos que tuvieron tiempo atrás y viven con sayas y velo, bajo la potestad marital absoluta y en una sociedad sacralizada fundamentalista.

  En esa aldea, vemos a una mujer casada y con dos hijos varones de unos 12 años, centrada en su familia por obligación y devoción. Un amigo de ellos ha quedado viudo con un hijo, recién fallecida la esposa. Disponiendo de tiempo y compasión, la mujer casada a que me refiero procura ayudar en el día a día al viudo, que se ve privado de la mano de obra de su esposa, lavando su ropa y la del hijo del mismo y atendiendo a su comida.

  Al tiempo oímos, en conversaciones entre hombres,  que el marido de la mujer compasiva tiene una amante en otra ciudad. Y que, cansado de su mujer y deseando obtener la otra de pleno derecho, plantea la situación al grupo de hombres, en el que participan tanto el representante religioso oficial como el  alcalde de la aldea. Y en ese grupo, tirando por la vía rápida, alguien sugiere que –dado que la esposa que quiere repudiar, se sabe que diariamente ayuda al viudo ajeno- la acuse de adulterio y obtenga fácilmente el repudio, con lo que no perderá su fama de hombre “digno” y se razonará la ruptura por su parte. Siguen maquinando, se enredan en sus propios manejos y cada vez van más lejos, ya empecinados en lograrlo: amenazando al viudo, lo fuerzan –claramente- a mentir y decir finalmente –después de intentar varias veces resistirse- que acepta informar de que la mujer ha cometido adulterio con él. Como están presentes marido, el clérigo y el alcalde, el asunto está juzgado, ya, desde los puntos de vista personal, religioso y político.

  Desde ahí, en una cascada de horrores sucesivos, comunican a la mujer (y a la madre de ella, que contemplará impotente el desarrollo de los acontecimientos), que ha sido culpada, juzgada y condenada. Y la condena, es la lapidación.

  Sólo haré un resumen del horror visto e imaginado: En un incesante y rápido bombardeo de acontecimientos espantosos se contempla cómo los maquiavelos pueblerinos van desarrollando toda la pompa previa  exigida por la condena como una alegre tradición folclórica, y con cerrazón e indignidad, van desarrollando la larguísima preparación de una fiesta pública de tortura y muerte, en la que todos los habitantes masculinos de la aldea van a participar alegre y decididamente,  previo el acto incalificable (que corresponde realizar y preparar a los niños de la aldea) de recoger y amontonar decenas de piedras para el alcance de los tiradores. A la víctima, viva y consciente, vestida de blanco, la entierran viva hasta medio cuerpo en tierra, dejando fuera el torso y la cabeza. Era su vecina, su pariente, su hija, su esposa, su madre. Ahora ya sólo es la Víctima.

  A cierta distancia de ella, los primeros en “tirar” son su propio padre, su marido denunciante, y los dos hijos menores: una de las primeras piedras abre la frente de la mujer, que contempla traumatizada a quienes las arrojan, y corre la sangre cara abajo, tiñendo el blanco vestido. Se abre el festejo aún más público: alcalde, clérigo, todos tiran la piedra. Sólo el viudo que mintió obligado, lo intenta y falla y se retira, único en hacerlo. Todos los hombres del pueblo arrancan entonces en turba acompañando con griterío su puntería, una lluvia de piedras llega al cuerpo, los globos de los ojos se le van ensangrentando en torno a la pupila por los golpes en la cabeza, el cuerpo semienterrado (los brazos están amarrados por detrás de la espalda para impedir taparse) se bambolea a derecha e izquierda a cada pedrada, mientras un charco de sangre se va extendiendo a su alrededor donde tierra y cuerpo están fundidos. Ninguna piedra es misericordiosa, como si estuvieran estudiadas para alargar la tortura, la diversión. Con los movimientos de los ojos enturbiados por la sangre interior y exterior se va viendo cómo desfallece la mujer, hasta expirar, por fin, por fin. Una muerte lenta, dolorosísima, vista venir de frente, vistos de frente los matadores, vistos llegar uno tras otro los proyectiles como instrumentos del dolor, traduciendo el espectador atónito lo que estaría pasando por su cabeza torturada, durante el largo rato en que la razón pudo aún mantenerse y durante todo el tiempo que el cuerpo inmovilizado aún pudo soportar la tortura sin morir. Ese cuerpo amarrado, semienterrado, impedido de la más mínima defensa, forzado por una banda  institucionalizada de sádicos que se satisfacen arrancándole cruelmente la vida a golpes y abriendo heridas unas sobre otras.

  El periodista citado ha podido grabar en el pueblo testimonios de todo lo ocurrido. Se va ya. Los hombres del pueblo, se lo impiden, le paran, le arrebatan la grabadora, sacan la cinta, la destruyen y ríen. El periodista arranca el coche, está saliendo del pueblo, ya lejos de ellos. Se para (¿tendrá avería?). De una casa lateral sale la silueta negra velada de la madre de la asesinada, que se vuelve a lo lejos hacia los hombres del pueblo, alza la mano hacia el cielo: en ella muestra… la cinta grabada real. La otra era un señuelo, sabiendo lo que pasaría. El periodista recoge la cinta y se marcha a toda prisa. Eso permitió conocer esta historia. No sé, ni quiero adivinar, qué pasaría con la madre coraje.

  Pues bien, el dieciséis de septiembre de 2014, veamos un país de la Comunidad Europea, civilizado, evolucionado, tecnificado, sin fundamentalismos, con educación generalizada, con una Constitución igualitarista, ocupando un digno lugar en el mundo: bajemos desde el espacio en un zoom: primero la Tierra. Luego Europa. Luego España. Luego, Castilla-León, luego Tordesillas…

  Un ser vivo, al que llaman “ELEGIDO”, que no ha hecho nada para merecer la tortura que se le va a infligir, ha de ser públicamente perseguido a caballo, acosado, alanceado por los jinetes participantes, sucesivas veces a la carrera y finalmente matado  en una fiesta colectiva programada, montada, desarrollada, gozada por humanos, basada en la tortura indigna, continuada, legalizada y culminada con, después de la serie de crueldades, su muerte cerrando su agonía festejada, con la lanzada final de un pueblerino cualquiera que encuentra su minuto de repugnante gloria mediática matando a un toro indefenso, agotado y desangrado por las lanzadas y la persecución.

¡Y las cadenas de televisión y los medios se ocupan de transmitir esa barbaridad! Mejor debatan y evalúen que ESA BARBARIDAD se presenta a los niños de la zona y a los que les permitan verla en la pantalla, como una tradición con la que divertirse. Lo cual representa un atropello y vulneración impunes de los derechos de una infancia sana y pacífica. ¿Dónde está la ética? ¿Dónde las personas razonables? ¿Dónde está el Gobierno? ¿Dónde la Comunidad Europea? ¿Dónde el mundo civilizado? Mujeres torturadas, niños violentados, animales destrozados… y ¿todos tan contentos porque la vida –y la muerte- es una fiesta?

Basta ya. La tortura es tortura y la muerte es muerte. Basta ya de torturas en festejos públicos en ningún lugar de España. El festejo de Tordesillas no es sostenible por más tiempo. No es defendible en ningún momento. No es aceptable que los poderes públicos, ni locales ni autonómicos ni centrales,  lo autoricen más ni que los partidos políticos lo toleren. No es posible que la sociedad lo permita por más tiempo. Basta ya.


La película de referencia se llama: “La lapidación de Soraya”


Sara Téllez-Torre
Para ACMAT-CERO
Agosto de 2014

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lunes, 27 de enero de 2014

Carta abierta a la Junta de Castilla-León, sobre su respuesta a las protestas contra el Toro de la Vega.


Muy señores y empleados, que no amigos, míos:

A determinadas protestas que se les ha enviado contra la barbaridad contemporánea que representa el alanceo y matanza del Toro de la Vega, han contestado desde el correo “espectáculos.publicos” de la Junta de Castilla-León con un curioso texto, de esos que pasman hasta a quienes (afines al budismo pacifista) no quieren indignarse. Y, en uso del derecho a la libre expresión, a la libre ciudadanía, al libre pensamiento, y a la creencia pacífica, su escrito me ha impulsado, me ha exigido, me ha arrebatado, me ha enfebrecido… en dirección a  comentarlo, tan públicamente como público es el escrito de Ustedes..

De entrada me permito expresar que la prepotencia y exigencia de las leyes, desde que los neandertales dejaron este mundo y apareció el “hombre sabio”, tiene que ceñirse más a la ética social y universal que a una simple obligatoriedad que muchas veces, o al menos algunas, enmascara curiosamente la ausencia de Justicia en su aplicación. Las leyes están para mejorar el mundo, no para empeorarlo y mucho menos para defender violencias existenciales obsoletas, que permiten liquidar vidas ajenas, cuando ninguno querríamos sufrir ese destino en las vidas propias.

Y ahora, su escrito:

Mire usted, señor asesor legal de la Junta que al parecer envía este escrito: Ya sabemos que los espectáculos crueles y sangrientos en festejos públicos están excluidos de las leyes generales de protección animal (que tampoco es que protejan gran cosa). Lamentablemente, las leyes no las hago yo, que creo en la Justicia para Todos, ni intervengo en su creación, así que algunas parece que quien las elabora tiene primero presente su antojo, el de los suyos, el de su pueblo o el de su región, o lo que gusta a unos pocos, o lo que quiere de forma puramente emocional, incluidos festejos de tortura a animales, como si la sobrevivencia dependiera de participar en un jolgorio alienado sangriento, y no se pudiera vivir dignamente una vida serena, tranquila, pacífica, progresiva, evolucionada y moderna, productiva y protectora del planeta y de todo lo que contiene, que es lo que todos queremos, menos –al parecer- algunos.

El hombre primitivo reaccionaba únicamente ante sensaciones: frío, calor, vida, muerte, procreación, caza para comer y empezó a bailotear para amistarse con supuestas deidades dueñas del trueno y el rayo, y que sus meneos les convencieran de protegerles. Festejos nacidos en las edades más irracionales, que pasaron a un medievo triste, mísero, arriesgado, peligroso, insalubre y agresivo en el que las fiestas daban la nota absurda de permitir  que cualquier mendigo se creyera rey por un día (los reyes, los nobles se divertían y mucho, bailaban, reían, cazaban y no por hambre). Y los festejos aumentaron su importancia compensadora de miserias reales. Y algunos de ellos, generalizados, han ido arrastrando su rechazable contenido siglo tras siglo. Pero ¿eso les da carta de Justicia? No, eso simplemente alienta la peor herencia de los siglos oscuros, ese “panem et circenses” que inventaron los romanos para acallar a las turbas.
Pero las sensaciones, en la evolución humana, se cambiaron en emociones y las emociones en sentimientos. Y, por tanto, la brutalidad se transformó en tolerancia y la tolerancia en respeto.

Pero voy a su texto: dice que el Reglamento que cita considera que “como principio general, dispone de forma expresa la ausencia de maltrato a las reses de lidia”. Ahí va, pero qué ciega y sorda resulto estar yo, pobre de mí: si me pareció que al Toro de la Vega lo alanceaban constantemente en su recorrido, con toda saña y persecución. Claro que el que un pobre animal, acosado por turbas, en territorio desconocido, sin posibilidad de huida, sea constantemente alanceado, sintiendo que su vida se escapa por cada herida, que su potencia vital se le arrebata con su sangre, mientras puñados de predadores perfectamente pertrechados lo rodean y machacan, entra en el principio general de “ausencia de maltrato a las reses de lidia”, y ello después de haber artificialmente creado el toro con ese único fin. Iré a revisarme la vista y el oído, pero, la verdad: no es que lo haya visto yo ser torturado y matado, lo ven miles de personas.

Dice usted: “cuando se suelten tres o más reses…por el campo…el organizador deberá disponer de servicios especiales de control PARA TRANQUILIZAR O INMOVILIZAR LAS RESES DE LIDIA… en situaciones de especial riesgo o CUANDO LA INTEGRIDAD FÍSICA DE LAS RESES ASÍ LO EXIJA” (el resalte de mayúsculas es mío). Pues, señor mío, ahora además de ciega y sorda, he debido perder el entendimiento:

Primero: Yo no hablo de, ni el Toro de la Vega es, más que un toro al que torturan, no tres toros o más. Así que, ¿para qué indica dicho texto?

Segundo: Ahora entiendo la tortura: Claro, muy “lógicamente” ustedes lo alancean, sangran, aturden y finalmente matan para “tranquilizar” a la res afectada (Vulcano y sus matados antecesores) y eso lo hacen, qué previsores, por considerar que el festejo es una situación “de especial riesgo” ¿para quién? Porque vamos, ya he recuperado la razón pensante y no es posible que “LA INTEGRIDAD FÍSICA DE LAS RESES(la mayúscula la pongo yo) EXIJA que las torturen precisamente para salvaguardar su “integridad física”.

Y, ya recuperada totalmente mi razón, leo “…encarga al presidente del festejo su control, siendo una de las causas de la suspensión del mismo, el que las reses sean objeto de trato cruel” y más, que debe “… el director de lidia… controlar el trato adecuado de las reses y, en su caso, proponer al presidente la suspensión del espectáculo”. De manera que su Reglamento defiende (primer párrafo citado) el control del festejo y su suspensión si las reses son objeto de trato cruel. ¿Y qué he visto yo en televisión sobre el festejo de Tordesillas, caricias con banderitas?

Pues usted me explique qué es trato cruel: Usted me explique las diferencias entre la tortura de Schnauzi y la de Vulcano. ¿Que aquélla la efectuó una persona? ¿Que para hacer eso, y estará usted de acuerdo como todo ciudadano, había que ser un paranoico de sentidos, vida y finalidades trastornadas? Claro. Y la tortura del Toro de la Vega, se planifica (como planificó la suya el torturador citado), se inicia (ídem), se desarrolla sañudamente (ídem), se le da toda la publicidad posible (ídem) y se finaliza con la muerte del torturado (ídem). ¿Que el individuo trastornado actuó en días sucesivos, grabando las torturas? Pues en Tordesillas se actúa un solo día, pero en banda, turba y desenfreno, con tortura continuada y muerte final, y ello año tras año en continuidad, con uso de violencia y agresión contra un animal. ¿En qué se diferencian?

Pues en que, muy justamente se ha utilizado la ley para perseguir la actuación individual del torturador trastornado. Y muy arbitrariamente, se utiliza la ley para impulsar y defender la actuación festiva maltratadora. Sólo en eso, que ya es mucho. Por suerte, legislación y JUSTICIA no son uno y lo mismo.

Y, como dice usted, por si esto no fuera suficiente…”  “…en todos los espectáculos taurinos populares queda prohibido herir, pinchar, golpear, sujetar o tratar de cualquier modo cruel a las reses… infracción grave (es) la crueldad con las reses de lidia que provoque su inmediata muerte o EL MALTRATO DE LAS MISMAS” (mayúsculas mías), ¡Huy!, diría yo, qué alegría que este funcionario no hace más que darme razones contra el festejo sangriento… pero es que se reservaba la traca final:

“Lo establecido en el párrafo anterior se entiende sin perjuicio de la posible realización de aquéllas acciones físicas que haya que efectuar sobre las reses de lidia tendentes a garantizar la seguridad e integridad los participantes, el desarrollo del espectáculo o aquellas que, excepcionalmente, sean inherentes a la celebración de un espectáculo taurino tradicional de los previstos en… este Reglamento”.

Pues muy agradecida, empleado mío y del resto de la población, por tan completa información. De la misma, concluyo que un 95% es meridianamente entendible en contra de la tortura, la agresión y los malos tratos a los toros. Y entiendo que se ha divertido usted mucho dando tanta “garantía” para dejar para el final un restante 5% (cuando el lector no iniciado en la jerga administrativa se ha cansado de leer) y que es lo único que su Administración quiere realmente decir:

Que pueden hacer la violencia física que se quiera sobre un toro (animal taxativamente excluido de las leyes generales de Protección Animal), con tal de que sea un festejo, en cuyo caso SE PUEDE IMPUNEMENTE TORTURAR Y MATAR, POR DIVERSIÓN. ¡Por diversión, dios de los cielos!

Señor mío, el que escribió la información. Si yo hubiera sido usted, o cualquier interviniente en el Toro de la Vega  (cosa imposible, por otra parte) y si yo hubiera sido creyente (que tampoco es el caso, con mi mayor respeto al eventual ser superior, si existe)) me estaría en estos momentos dando golpes de pecho de arrepentimiento, tan sólo pensando en la posibilidad de una vida después de la muerte en la que a todos los intervinientes en estos sucesos de sangre y muerte, sus acciones se les hayan de demandar por un Ser Superior, que juzgará sus acciones. Y sólo de ponerme en esa tesitura me estremezco de pavor.

Pero, vamos, resumiendo: que nada de lo que dice puede defender el alanceo y muerte del Toro de la Vega, ni de ningún festejo con maltrato a animales.

Sara Téllez
Para ACMAT-CERO


Enero 2014


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lunes, 20 de enero de 2014

QUÉ DIFÍCIL ES SER DIOS

Leí, hace mucho tiempo, una novela de anticipación (escrita por los hermanos Strugatsky) cuyo título es “¡Qué difícil es ser Dios!, que resumo al mínimo: una sociedad feudal, metida en batallas, matanzas, traiciones y enredos, es vigilada –y escasamente tutelada- por un puñado de gente alienígena. Tanto los no-evolucionados pobladores del planeta (que muy bien podían ser, más bien, humanos involucionados), como sus vigilantes, son personas (quizá se trataba de una cuestión de viaje en el tiempo, o de un planeta humano aún semi-salvaje, siendo estudiados los habitantes por sus congéneres extraterrestres más evolucionados, no recuerdo) fisiológicamente como los humanos actuales. Pero lo que del propio título se deduce es que: o los humanos (normales) somos genéticamente unos bárbaros incapaces e irracionales; o que cualquiera, por el simple hecho de tener disponibilidad del Poder (de donde quiera que provenga el mismo) puede hacer con ellos/nosotros lo que quiera, como quiera y cuando quiera. Como ocurre, diariamente, con los animales, sometidos a un Poder inmisericorde: el nuestro.

En otra ocasión, leí otra larga novela de ficción-anticipación, cuyo fondo excedía con mucho la aventura, la socialización de algo imaginado, la invención futurista: Para hundirse en una historia casi macabra, filosófica, triste, con un velo símil religioso, que resumo también al mínimo. Se llama “El Mundo del Río” (Philip José Farmer). En ella, en una sociedad “normal”, moderna, las personas se mueren como suele ocurrir. Siguiendo a un personaje, el mismo muere y se reencuentra a sí mismo, en un despertar, vivo junto a un río. Nada le es familiar. Hay un entorno natural, agresivo y raro, hay gente dispersa y confusa como él, renaciendo o que ya lleva allí (¿reencarnada, rediviva, recuperada, clonada?) poco o mucho tiempo. No hay recursos para intentar nada, para hacer nada. En el curso de cada día, unas máquinas dispensan una papilla, que es lo que come la gente. La sociedad es caótica, basada en el abuso, la violencia, la agresión, la autodefensa. La gente muere… y vuelve a renacer en otro sector del río, hasta que otro de sus bárbaros iguales les mata y vuelta a renacer otra vez en otra orilla. No hay más que hacer que usar burdamente los instintos primitivos, sin objetivo alguno. Nueva muerte, nuevo renacer. Y así, una vez tras otra.

Por supuesto, la narración da indicios de que “alguien” dirige desde fuera (un Gran Hermano cualquiera pero externo a esa sociedad) ese renacer, luchar, sufrir, morir, renacer otra vez…  que no se acaba. No viene al caso el periplo del personaje a lo largo del curso de ese Río de la vida o de la muerte. En todo caso, lo que cuenta es la aparente imposibilidad de extinguirse de una vez y descansar. Sabiendo que, por lo que parece, la injusticia… no tiene final. Como no tiene final la injusticia que cometemos nosotros, como seres miserablemente superiores, con los animales.

Son dos casos de “libertad vigilada”de sociedades humanas injustas, esto es, una libertad inexistente y una existencia aleatoria. Puesto que, en ambas situaciones, los “indígenas” no son más  que especímenes de laboratorio humanos, con mayor o menor tratamiento invasivo, pero siempre servidores ignorantes e involuntarios de los planes de esos“seres superiores” que los miran, los analizan, los usan y los descartan fríamente, como cobayas, o como basura biológica de fácil e incesante sustitución. Por supuesto, una inversión tan intensa y planetaria de medios personales y materiales (el vigilante y la infraestructura que le permite vigilar) de tal calibre tiene que estar muy justificada por el beneficio que ellos (los “superiores”) saquen de su investigación, esto es, del ejercicio de su Poder exclusivo.

Pensemos: Si esos “dioses” en realidad son humanos normales, ya vengan del futuro, ya vengan de un planeta hermano, ya vengan de otra línea temporal, ¿para qué están ahí? No fomentan la evolución, no mejoran la organización social, no eliminan la violencia y la agresión, no asientan la ética, no reordenan la interrelación entre los humanos vigilados, no impiden las muertes inducidas, no impulsan sistemas que proporcionen una estancia vital segura, tranquila, evolutiva, progresiva (todo eso que puede concretarse en “feliz”) y que se extienda una Justicia para Todos integral y definitiva. Sólo abusan indecentemente de su posición (superior, suprema, tecnificada o como quiera definirse) permitiendo (cuando no fomentando) guerras, agresiones, desdichas, pérdidas, sangre y desesperación, generación tras generación. Saquen de ello lo que saquen: beneficios técnicos, aportes económicos, conocimientos secretos del medio, planificación de una invasión o de una entronización (¿faraones? ¿reyes mayas? tal vez en el pasado, o el presente o el futuro) que mantenga en un puño a los habitantes y los expriman (o los exprimen) para sus fines… total, si eso es lo que hacen sobre nosotros quienes detentan un Poder (el que sea, el que es), pues entonces lo repercutimos orgullosamente martirizando y matando a los animales, y así… somos diosecillos.

¡Qué difícil es ser Dios! Eso lo dijeron los hermanos Strugatsky, pero ¡por dios! que  lo suscribo, pues ha sido, y es, tan difícil y hasta parece imposible imponer la Justicia para Todos por parte de un Dios (o dioses) Justo, Ecuánime, Compasivo, Evolutivo y Sincero…  por lo que voy a permitirme realizar alguna modificación sin importancia del título al que me he referido: “y qué fácil es ser dios cuando se es injusto, permisivo, trapacero, incongruente, interesado, egoísta… etc.”

Porque ¡qué fácil es acaparar, usar y abusar del Poder!

Finalmente, los humanos parece que sólo estamos para servir, mantener y obedecer a otros humanos, que ¿por qué no? seguro que se creen Seres Superiores y así actúan con la población (ganado económico). Igual que, por contagio, la población así explotada consideramos que los animales (ganado biológico) están para servirnos, mantenernos y obedecernos a nosotros, con lo que en este caso ello comporta de Suprema Injusticia.

¡Qué difícil es ser nadie!


Sara Téllez para ACMAT-CERO

Enero de 2014.

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domingo, 22 de diciembre de 2013

Dinosaurios, quinto Mandamiento y por qué somos ganado en propiedad. Sara Téllez-Torre



SARA TÉLLEZ COMENTA DOS NOTICIAS

Dinosaurios, quinto Mandamiento y por qué somos ganado en propiedad.

¿Un título inexplicable? El análisis de dos noticias difundidas por los medios de comunicación me ha sugerido las tres cuestiones del título. Tened paciencia o empezad por el final.

Dícese, en algunos sectores de inquieta investigación, que la extinción de los dinosaurios, sin ser la primera en la andadura del planeta, sí que es muy clarificadora. Esa especie dominó la tierra de un modo absoluto, durante un montón de millones de años: Si un Ente los puso  ahí, sin duda les aplicó eso de “creced y multiplicaos” y lo hicieron con total perfección, usando y abusando de toda la tierra en la medida de sus exigencias, basadas en la violencia y su número en expansión. Tan bien les iba que si no se hubieran extinguido… habrían terminado con ellos mismos y con su sustento terrestre, debido al número y a su evidente falta de capacidad para analizar situaciones, sacar conclusiones y reformar sus hábitos.  Incluso, de haber tenido futuro, y evolución cerebral suficiente en algún grupo, el mismo habría esclavizado, explotado, y convertido en ganado de carne al resto, sin otra opción.

Pues bien, un sector de los analistas señalan, con apreciables fundamentos, que fueron un experimento fallido. Quizá por ser creación de endiosados alienígenas aficionados a la experimentación en laboratorios planetarios, esto es, que crearon dinosaurios en plan ovejas Dolly a lo bestia. Pero debieron de comprobar que, por ahí, no iban a parte alguna: si se crece y multiplica indefinidamente, sin capacidad de razonamiento y reversión, el planeta se llena, se matan entre todos o se quedan sin comida. El creador galáctico impaciente decidió quizá evitar esa futura extinción cruel, larga y miserable. Y, los liquidó de un plumazo, mediante un misil de largo alcance y mandó un meteorito cuidadosamente medido y pesado, para un remate rápido. O algo así.

Extinguidos ya. Bueno, pues a empezar de cero y segundo intento, un puñado de añitos y aquí estamos nosotros, debidamente corregidos los fallos previos: con cuerpos pequeños tenemos un centro de control en constante desarrollo (el cerebro), que nos hace evolucionar y perseguir un fin que, conforme a la experiencia, no debería ser ya un “creced y multiplicaos” infinito, pero que lo es de nuevo.  Los “experimentadores de allá arriba” no han eliminado el instinto de dominación y la historia vuelve a repetirse. Y volverá, previsiblemente, a fracasar. Cualquiera puede comprobar que somos y actuamos como dinosaurios: unos contra otros y todos contra el planeta. A nivel personal, local, nacional, internacional y global, se tome por donde se tome.

Pues bien, al caso, y con referencia a la parte del título “por qué somos ganado en propiedad”, ya sea del “creador”, ya de la “élite terrena” y referido en exclusiva a la humanidad, aquí va la primera noticia (1) (publicada por varios periódicos, por ejemplo en 20 minutos) en este caso producida dentro de una nación de cuarta fila, como somos, y que avisa perfectamente del “efecto dinosaurio”, por el que unos son (socio-económicamente) comida de otros, mientras a su vez comen a otros,  y así hasta donde se puede. Título de la noticia: “Un tercio de las personas mayores atendidas por Cruz Roja no puede poner la calefacción”.  Y destaco el dato: el 33,3% de los mayores informados “no puede poner la calefacción ni una hora al día”. Esto en un país (deteriorado por la corrupción, desgarrado por la rapacidad institucional, destruido por la demolición del bienestar) con un invierno corto pero extremado en una gran parte de su territorio, y que afecta, entre otros, a personas de escasa movilidad que  pasarán la mayoría de su tiempo quietos, supongo que bajo toneladas de ropa, en su casa. Con el dato añadido de que una parte de ellos, además, ayuda a sus descendientes a sobrevivir económicamente. ¡Qué panorama, muestra evidente de lo que está pasando!  Que es que la razón humana es ineficaz e indiferente.

Y ahora, la otra noticia (2), igualmente difundida por los medios (por ejemplo en televisión) de comunicación: “El Rey construyó en 2007 un pabellón de caza que fue pagado por patrimonio nacional(esto es, con el dinero público de todos nosotros) Y menciona el coste: Dos millones de euros.

Y señalo, reproduciendo unas líneas que  proceden de un tal A. Montero que: el rey “vio cumplido uno de sus sueños: tener su propio pabellón de caza”, y más adelante: el pabellón de caza está situado muy cerca de Zarzuela y hasta allí fueron trasladados todos los trofeos de caza del monarca una vez terminada  su construcción y que hasta ese momento estaban dispersos en fincas de patrimonio y casas de amigos”.  ¿Les parece poco? Pues atiendan: “tiene 1.700 m2... la planta baja tiene 1.000  m2 y la superior… tiene 700 metros2. La altura de los techos es muy elevada para que entren piezas de mayor tamaño, como elefantes o jirafas  y dispone de una sala acorazada de 200  m2 para guardar las armas. Los materiales…son de primera calidad…” Menudo despelote social, tanto en 2007, que se construyó, como, aún más, visto desde la perspectiva actual. Importamos sólo para producir recursos y pagar involuntariamente los antojos y gustos a quienes disponen del Poder. Somos ganado en propiedad, aunque, siéndolo, también se tenga derecho a otro tipo de ganado en triste propiedad.

Dinosaurios somos… y entre nosotros nos comemos. Pero tranquilos, abuelos sin calefacción que asisten con sus míseros recursos a sus familias, que el rey ha cumplido su imprescindible sueño de cazador sin hambre, y ustedes han contribuido a pagar ese sueño entonces, como hoy siguen pagando los errores, las decepciones, la mala administración, la política corrupta… con su calefacción prescindible.

Y ahora, el tercer componente del título: El Quinto Mandamiento cristiano: No matarás.

Me explico: puedo no creer en ella pero ni siquiera niego que exista un dios, varios dioses, o un Olimpo en las alturas. Ni siquiera estoy en contra, yo respeto las religiones que no son beligerantes. Si hay dios/es, yo les respeto profundamente, pues dada la miseria ínfima de la persona humana respecto del Universo no soy, pobre átomo perdido, quién para impugnar esa idea celestial. Pero, por supuesto, siempre que me respeten a mí… a toda persona humana… y a toda vida existente en mi casa, el planeta que me/nos soporta. Y, en esa dirección, he elegido recurrir a la ley cristiana en ese su quinto mandamiento.

Pero llevo tiempo preguntándome ¿Dónde en ese Mandamiento se dice “No matarás”… pero solamente a hombres (personas) y haz lo que quieras con el resto? Si el mandato fundacional y radical (no impugnable, ni discutible, ni minimizable) es NO MATARÁS, excluye absolutamente el acto de matar, sea lo que sea que pretendas matar. Negación absoluta de la violencia, de la dominación.  

Por el contrario, violencia-dominación generalizadas implican que el segundo experimento también está fallido, no conseguimos estar a la altura de las pretensiones de eventuales Seres “Superiores”. Y cada vez, peor. Este comentario, vuelvo a insistir, aporta dos ejemplos llamativos, entre millones más, de cómo el ser humano se pasa por el forro sus propias normas de convivencia y existencia. De cómo los que pueden hacerlo, detraen cuanto pueden de aquéllos a  los que dominan. De cómo, en una cascada de contagios de mala y torcida convivencia y actuación, la gran mayoría abusa a su vez, en repetición, de los más débiles de la existencia terrena: los animales.  Y lo más llamativo, importantes sectores de seres humanos maltratan y arrasan la vida animal, desde entre los más poderosos hasta múltiples sectores del resto de la población, a veces en una orgía de crueldades y torturas impensables, tanto a nivel individual (animales torturados,  defenestrados, violados, apuñalados, privados de alimentos, enclaustrados de por vida, envenenados, ahorcados, apaleados, despellejados, incendiados, atropellados) como, asquerosamente, a nivel institucional (Tordesillas, Algemesí y similares, festejos basados en la agresión a animales, exterminio masivo en perreras, comercio legal e ilegal, convertidos en mercancías, enviados a laboratorios para experimentación, utilizados en redes mercantilistas extensas, pretensiones, alegaciones e imposiciones desde el poder para considerar la tortura a toros, becerros y vaquillas como bendecida y legalizada Cultura) ¡pobre Cultura, en degeneración imparable! en España y sus regiones. España, que vuelve a ser lo que era:  un país ignorado, pobre de solemnidad, que ha vivido un espejismo que se ha evaporado, que contempla a su población volviendo a la pobreza y privación de principios del siglo pasado y anteriores, contemplando cómo la rapacidad, oficializada  y generalizada por la vía política, continúa y los mejores se marchan, mientras los demás degeneramos, manteniendo a nuestra esforzada costa a quienes componen las estructuras, superestructuras, administraciones, gobiernos, consistorios, instituciones ramificadas a cientos. A todo ese enrevesado, enmarañado y abusivo “Poder”. Y fuera de aquí, más de lo mismo.

Y, por si fuera poco, tenemos entronizado un rey aficionado a cazar, que orgullosamente cumple su sueño (que no es precisamente tener un ratito de calefacción) sonriente ante sus trofeos, matados con rifles de alta tecnología, sin conceder a la presa posibilidad alguna de escapatoria, por cualquier lugar del planeta en tranquilas vacaciones, y que se hace construir con fondos ajenos un museo para gozar del macabro resultado de las cacerías de todos los años de su vida  (hacerla y no enmendarla…), sin duda para que cuando se presente ante su Creador y su mismo dios se lo demande, pueda alegar que deja en exquisita herencia su mausoleo con los restos de la matanza por diversión, que tan importante haya sido en su existencia, como lo es en la de muchos otros fieles partidarios de Predator. Qué gloria…

Finalmente, puede que ese rey –como yo misma- ya no estemos aquí para entonces pero el meteorito exterminador de dinosaurios, ya ha partido y lleva nuestra dirección: la de otro experimento fallido.

 Y todos somos culpables, los que vulneran el Quinto Mandamiento (matan seres vivos) por acción contraria y consciente. Y los que no lo hacemos (no matamos), ni siquiera somos capaces de cambiar las cosas. Y así, hasta el siguiente despropósito.

Sara Téllez-Torre
Para ACMAT-CERO
Navidades 2013.

















martes, 10 de diciembre de 2013

DÍA INTERNACIONAL POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES

Hoy 10 de diciembre es el Día Internacional por los Derechos de los Animales
Desde ACMAT-CERO pedimos Justicia ¡Ya!.

Sara Téllez, escritora para Acmat-Cero: ¿Por qué tantas narraciones, películas, documentales que tratan de la vida alienígena? Se supone que los "seres superiores" de los cielos deberían tener exquisita moral, que es como decir que actúan con Justicia. O, con las mismas, podrán ser "visitantes" reptilianos que vengan a explotar, perseguir, torturar, comerse y/o exterminar a la humanidad: Por deducción: nosotros somos los aliens injustos que masacran seres vivos, los animales. Y no aprendemos de la experiencia, ni razonamos con la evolución. Si pensar en un matadero de humanos no enseña el camino a la Justicia para Todos, ni impulsa a los gobiernos a reconocer efectivos Derechos a los Animales, es que no les importa ni siquiera el mundo que les sostiene ni la repugnante herencia que dejarán a sus propios descendientes.

L. de F., Asesora de ACMAT-CERO: Igual que la materia ni se crea ni se destruye, la Justicia no se crea ni se destruye, está ahí pero no es un regalo otorgado: hay que apreciarla, exigirla, instaurarla, aproximándose a un modelo ideal que ya ha conseguido abolir la esclavitud, otorgar derechos a todas las personas, igualar jurídicamente a las mujeres, proteger a los menores, tutelar a los ancianos. Pero un enorme Juicio (¿de Dios?) continúa pendiente: junto con sectores humanos que aún carecen de medios e igualdad, el instaurar EL Derecho de los Animales a no ser perseguidos, acosados, abandonados, torturados, eliminados, extinguidos ni matados. Un día no basta: Siempre es el Día de Pedir Derechos para los Animales.



J.C.L., Coordinador CTACP: Hoy, día de los derechos de los animales, debería ser un buen momento para que los humanos (animales dotados de raciocinio y  de palabra) reflexionáramos sobre nuestros hermanos y compañeros sobre este nuestro planeta: Los animales, ya que ellos, no poseen estas dotes; y comencemos a pensar en la necesidad de COMPARTIR con ellos, todo lo que nos ha sido dado por la madre naturaleza. ¿Qué o quien nos da el derecho o la potestad  para aprovecharnos de nuestros hermanos los animales para usarlos como alimento, vestido o trabajos en nuestro beneficio? ¿ Qué o quien nos da el derecho o la potestad  para dispensarles un trato cruel o vejatorio para nuestra diversión declarándolos unilateralmente, “objetos” que en nombre de una religión y en honor a un Santo, puedan ser masacrados en presencia de depredadores humanos, creando en base a una barbarie, unas tradiciones mal llamadas culturales?  ¿Quién tiene el derecho de “erigirse” en AUTORIDAD para autorizar a un pueblo salvaje mezquino y cavernícola, para que alimente su sed de sangre inocente?   La respuesta es… ¡ NADIE ! .  Tan solo seres humanos ( ¿…?) anclados en la prehistoria, para quienes la palabra evolución no figura en ningún diccionario,  pueden hacer de los animales, algo que en absoluto les pertenece; sus objetos y sus esclavos a quienes pueden maltratar, abandonar, acosar, torturar y eliminar a su antojo.  No estaría de mas, que la “cultura” tantas veces pregonada como estandarte de maltrato y tortura, tomara de una vez otro camino y se llevara a las escuelas la verdadera cultura, del amor hacia los animales; y se erradicara para siempre su maltrato, comenzando desde la cuna, y apoyado por las Autoridades, creando las leyes necesarias para que el ser humano en lugar de su verdugo, sea su voz. La voz amiga que permita a los animales, disfrutar  de este planeta tierra que nos ha sido dado a todos, y que no sea un solo día el día de los animales; este día, debe ser cada día; los trescientos sesenta y cinco días del año. Solo entonces, el verdadero ser humano podrá llamarse así;  mientras tanto, tan solo seremos unos seres inferiores indignos de vivir en un planeta maravilloso que hemos recibido para disfrutar de nuestra corta estancia en el.


P. A. B., Presidenta de ACMAT-CERO: Espero desde lo mas profundo del corazón, que tal día como hoy deje de ser un recuerdo de nuestra incapacidad como especie evolucionada para conseguir la desaparición del maltrato animal y la sinrazón hacia nuestros compañeros en el camino de la vida en este planeta, los animales. Que algún día no muy lejano, tal fecha como hoy, sea una celebración de gozo y regocijo para todos los seres vivos, porque finalmente se haya conseguido la Justicia para Todos. Por eso es necesario que todos alcemos nuestra voz, no solo hoy, sino día tras día en su defensa y permanezcamos juntos en esta ingente tarea ya que nuestra unión será su fuerza, ellos no tienen voz, nosotros somos su única esperanza y su futuro. ¡Por todos ellos!.


sábado, 9 de noviembre de 2013

Toro Jubilo. Medinaceli. Soria: Solicitud con carácter de urgencia


Señores:

Su región es ya conocida por liderar el listado español de costumbres aberrantes, obsoletas, cruentas y crueles contra los animales. Ello a pesar de que su población reúne historia, cultura y carácter con suficiente educación, humanidad y civismo como para que entendamos que la crueldad de unos cuantos (que parecen considerarse como descendientes directos de los Neanderthales), defina la históricamente preclara sociedad de Castilla-León. No es aceptable que grupos que hacen de la tortura a animales su sistema de diversión abominable presenten ante el país y el mundo civilizado la imagen de unos habitantes del siglo XXI que se consideran a sí mismos como "herederos" del hombre de Atapuerca. Una comparación semejante incluso insultaría la memoria de hombres primitivos que no tenían medios de control de sus propias acciones e impulsos salvajes, ni capacidad de análisis evolucionada. Y aún más incongruente es que los poderes públicos lo permitan e incluso lo alienten y subvencionen.

La brutal fiesta del Toro Jubilo de Medinaceli ya fue prohibida en el pasado y artificialmente recuperada. Es una exigencia de los tiempos, de la civilización, de la posición del país en el área europea y occidental, que semejantes barbaridades sean racionalmente interrumpidas, de una vez para siempre.

Exigimos a los poderes públicos la eliminación total y permanente de los festejos con tortura de animales, y concretamente, en este caso, del Toro Jubilo de Medinaceli y el resto de diversiones de parecido cariz que se permiten, o incluso se alientan, en el territorio de Castilla y León. 

Firmado: 

Coordinador del CTACP (Comité Contra la Tortura a Animales en Celebraciones Públicas)
ACMAT-CERO


Presidenta de ACMAT-CERO (Asociación "Contra el Maltrato Animal Tolerancia Cero"
Nº del Registro Nacional de Asociaciones 595381

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Destinatarios:

Mails Administraciones Públicas Toro Jubilo Medinaceli Soria



Foto: ©Partido Animalista - PACMA

jueves, 17 de octubre de 2013

UNIDAD, POR VULCANO ¡Y POR TODOS!


HOY MUERE VULCANO, que fue torturado y muerto el 17 de septiembre, PORQUE MUERE OTRA VEZ, hoy 17 de octubre. Y volverá a morir, día a día, durante cada semana,  mes y  año, hasta la matanza siguiente.

Que su dolor y su tortura consten con enormes letras de sangre en los tribunales éticos de quienes nos hayan de evaluar o nos estén juzgando, desde fuera de este mundo caótico y de este país desastroso, y que estén allá por los cielos de los creyentes, o en las reencarnaciones budistas, o esperando en los Estrados de los extraterrestres que nos estén vigilando: y que las torturas, las matanzas, los abusos sobre los inocentes, de cualquier especie, nos sean imputados en toda su extensión. Y muy especialmente a quienes lo permiten, lo alientan, lo subvencionan, lo impulsan y lo toleran.

Pero responsables somos todos. Todos. Lo será el lancero que lo remató y que tuvo su minuto de repugnante gloria mediática (como el personaje más aborrecido de aquel día en todo el país), pero lo eres igualmente tú, y yo y cualquiera por no haber conseguido, por seguir sin lograr, que esta crudelísima celebración, y cualquiera similar, SEA PROHIBIDA YA SIN PALIATIVOS, SIN MENTIRAS, SIN PINCELADAS, SIN INSULTAR A LA CULTURA, SIN RETORCER LA TRADICIÓN, SIN ENGAÑARNOS MÁS. SIN QUE SE PERMITAN NUEVAS TORTURAS A ANIMALES COMO OBJETIVOS DE FIESTAS PÚBLICAS.

JUSTICIA YA. FUERA TODAS LAS FIESTAS CON TORTURAS A ANIMALES.


Sara Téllez-Torre, para ACMAT-CERO

17 de octubre de 2013.

domingo, 6 de octubre de 2013

Junta Municipal Fuencarral-El Pardo: En vez de exterminar los gatos callejeros, colaboren con los voluntarios. Petición de firmas

Hace pocas semanas, aproximadamente veinte gatos adultos y cachorros fueron envenenados en unos jardines de una zona de Madrid, sólo se pudo rescatar 4 cachorros. No se ha identificado al culpable. Para evitar que gente como el que los mató crea tener facilidad para disponer de las vidas de los gatos de forma arbitraria y cruel es preciso que los ayuntamientos consideren su obligación la tutela digna de los animales abandonados. Personas preocupadas por estas cuestiones han puesto en marcha la petición adjunta.





viernes, 13 de septiembre de 2013

POR TI, TORTURADO HASTA LA MUERTE. Y POR TODOS.

Maltratar, torturar, matar por diversión es la actitud más baja, deplorable, atroz, rechazable y condenable que pueda cometer una persona. Que un colectivo de personas elija voluntaria y festivamente torturar por diversión a otra persona (un ser viviente) es algo que ningún humano mínimamente responsable puede no ya defender, sino que evidentemente rechaza de plano a nivel personal, social y legal.
Que un colectivo de personas elija voluntaria y festivamente torturar, alancear y matar por diversión a un animal cautivo y acosado, es algo que ningún ser humano mínimamente responsable puede no ya defender, sino que TIENE que rechazar activamente a nivel personal, social y legal.
Que colectivos municipales fomenten, voluntaria y festivamente, que estas y similares atrocidades sangrientas, crueles, atávicas, infamantes sucedan, NO tienen derecho a representar como corporación a ciudadanos responsables, defensores de la legitimidad, la justicia y la equidad para todos, incluidos los animales, compañeros de viaje de la humanidad, y además estar a sueldo con dinero de todos.
Que los colectivos políticos permitan, voluntaria, consciente y festivamente que sectores de población participen de persecuciones y matanzas sangrientas, incluso alegando supuestas tradiciones pervivientes sólo en colectivos de torturadores indefendibles, incalificables, inaceptables, NO pueden representar a sectores de población y ser subvencionados con dinero de todos, y pretender ser elegidos para dirigir un país, partiendo de una ideología favorable a la matanza.
Que los gobiernos del país ignoren, voluntaria, consciente y festivamente, el sentir de los tiempos, de las personas, de la evolución humana, de los requerimientos de administrar con prudencia y equidad lo que malamente aún existe del mundo animal y medioambiental en este planeta arrasado y muy especialmente en esta nación sin recursos, pobre, desolada, saqueada y extrema, LES INCAPACITA absolutamente para administrar los recursos del país procedentes del bolsillo de todos los ciudadanos y recaudarlo obligatoriamente de quienes repugnan de estas matanzas sádicas.
DIMITAN, ayuntamientos implicados, gobiernos autonómicos implicados, políticos implicados, gobierno de la nación implicado en estos desafueros imposibles. Y, como no van a hacerlo, y soltarán una risita ante esta petición, si son creyentes, su dios se lo reprochará, sea cual sea e inevitablemente; si no lo son, incumplen los postulados actuales de asunción de responsabilidad humanista respecto del planeta que nos soporta, y sus descendientes desesperados, se lo reprocharán.
Y, animalistas luchadores por LA justicia para los animales, YA: La unidad de animalistas y todas las personas conscientes y responsables, es la llave para que toda esa otra “gente” permisiva, participativa e interesada en la continuidad de la matanza y la tortura animal, se encuentre de una vez por todas un frente común y es entonces cuando se verá lo que hasta ahora no quieren ver: cuántos somos y quiénes somos.
PROHIBICIÓN DEL TORO DE LA VEGA YA.

Vulcano, Toro de la Vega 2013


sábado, 22 de junio de 2013

BARBARIDAD INSTITUCIONAL. SARA TÉLLEZ-TORRE

Situación de los animales en España.



Barbaridad institucional.


Durante los últimos dos años, más o menos, las barbaridades  en España –de forma continuada y continua- contra los animales han venido ocurriendo a nivel grupal o individual, espectáculos aparte: Fueron asuntos horribles, tales como la burrita con las tripas reventadas por un grupo de quintos ( en un pueblo del Oeste español) http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/los-quintos-de-torreorgaz-matan-a-una-burra-a-patadas-y-con-un-palo-en-recto_473826.html, habiendo otro grupo de jóvenes acosando a una vaquilla brutalmente hasta la muerte (en un pueblo del Sur de España) http://www.publico.es/espana/316783/una-vaquilla-es-maltratada-hasta-la-muerte-en-alhaurin-el-grande , la matanza de Schnauzi (en un lugar inconcreto) http://www.laverdad.es/murcia/v/20110216/espana/tortura-perro-moviliza-policia-20110216.html, los  cachorros con miembros cortados en vivo (en el Oeste del país) http://www.hoy.es/20110325/local/badajoz/detenido-hombre-badajoz-torturar-201103251309.html, los asaltos y matanzas de animales en albergues de Protectoras (en distintos lugares, Este,  Noroeste y Centro del país)… http://www.publico.es/espana/122149/una-protectora-denuncia-la-violacion-la-tortura-y-la-muerte-de-una-de-sus-perras

Ejemplos llamativos, que no únicos: de forma silente están los ahorcamientos de galgos por cazadores (ya no sirven para su “ocio” y los ahorcadores contemplan divertidos los minutos de ahogamiento progresivo del animal, que nota el roce con el suelo, sin alcanzarlo en su desesperación); los abandonos indiscriminados de animales amparados sus dueños en la ilegalidad (no cumplimiento de la obligación del chip para un animal que nadie le obligó a tener) y el cobarde abandono secreto, nocturno o programado (ahí te quedas, en cualquier sitio, a tu suerte…); las apresuradas entregas a las perreras de perros supuestamente peligrosos, o no  (por librarse de obligaciones específicas antieconómicas); la dejación de la atención veterinaria (un gasto ¿innecesario?), cuando no la ausencia de comida (que la economía está muy mal…), los amarres con cadenas menores de un metro que inmovilizan a los animales (total, sólo son bichos), el desparrame de gatos a los que se abandona de noche en los parques (¡ya los cuidará alguna “loca de los gatos”!), los animales que llegan recogidos por protectoras privadas, apaleados, quemados, atravesados con punzones (y que con magros recursos cuidarán a su propia costa), o a los que se tirotea y atraviesa, o se revienta o empareda en zonas urbanas de postín, los cachorros (perros, gatos) a los que se ha permitido irresponsablemente nacer y que el dueño culpable mete con sus lloros famélicos en una bolsa de basura y la tira al contenedor donde morirán de hambre, frío y asfixia o triturados por el compactador del camión de la basura, y muy recientemente el desplome del sector de los equinos (caballos-burros-mulas), a los que muchos particulares ya no quieren atender y destinan en buena parte al matadero (la carne se cotiza), por medio de supuestos por los que se les da el pase como ganado (y por tanto, carne inespecífica) en lugar de amigos y fieles servidores de los hombres, que lo fueron. Sin trabajar, como siempre han debido hacer, las instituciones públicas, para impedir la natalidad y la cría de animales, que continúa produciendo material biológico para barbaridades múltiples.

Pero eso son ejemplos individuales: muchos, muchísimos hay y son maldades de conciencia, de personalidad, de actuación privada, como tantas otras cosas ilegales, ilegítimas, amorales… pero cometidos por gente, identificada o no, pero con identidad personal. Sí, de gente que, si más allá de este mundo hay Justicia para Todos, se tendrá que enfrentar a ella en su futuro, y muy duramente.

 Pero no me refiero aquí más a ellos, no. La barbarie que veo ahora instalarse es la institucional: el impulso oficial para la degradación absoluta de la cualidad del animal hasta lo más bajo de la creación, tanto más cuanto más cerca han estado históricamente de la persona humana:


En Toledo (¡importante capital!), hace unas semanas, y después de muchísimos   años erradicada, ha rebrotado la rabia en la península. Las instituciones han matado a tiros al perro infectado, luego a otro perro más (¡por estar bajo de defensas!) http://www.periodistadigital.com/castilla-la-mancha/toledo/2013/06/14/perros-aislados-toledo-sacrificado-rabia.shtml y han confinado a unos cuantos más. Han implantado una zona de exclusión para cerrar la posibilidad de extensión del brote y dado normas para control de perros, gatos y hurones, que van a caer fulminados a poco que se dejen ver sueltos. http://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZDA9F9FC2-DDBA-472A-187194BB678D23DA/20130611/junta/ordena/inmediata/captura/perros/gatos/callejeros  Veamos: los animales van a considerarse tan, tan bajo, que en realidad ya se ha dictado su destino: el Sr. Director de Agricultura, de la Junta Autonómica, político él, como tantos, ya ni se molesta en disfrazar verbalmente la situación: para qué, si saben manejar el miedo de la gente para barnizar de conformidad popular a sus acciones, y el país es de ellos, de los políticos, y los humanos somos los siervos-contribuyentes (a su bienestar y nuestro malestar) y los animales los consideran una utilitaria biomasa indiscriminada:

… animales vagabundos… con rabia o sin rabia. No habría que esperar a situaciones como ésta para retirarlos, puesto que hay elementos de seguridad… que recomiendan cercenar la existencia de los mismos…  (el subrayado es mío)

Trasladen estas frases (que pueden encontrar en el enlace periodístico correspondiente) a los años 39-45 del siglo pasado (II G.M.) y verán un retrato perfecto de lo que se podía alegar, razones cualesquiera que eligieran, entonces para justificar los subsiguientes campos de exterminio.

 Cuando, antes bien, la culpa, toda la culpa, la grandísima culpa real de este brote de rabia proviene de la torpeza política de que, en Castilla-La Mancha, al socaire de que la rabia no existía ya, la vacuna de la rabia –obligatoria anualmente casi en todas partes- allí era bianual, esto es, se vacunaba (los que lo hacían) cada dos años. Sólo en 2012 (el año pasado) se volvió a instaurar la vacuna anual… pero cuando el perro con rabia se instaló en Toledo, muchos animales estaban (y están) desprotegidos gracias a la previa situación. Si esa permisividad se debió a los socialistas y la norma anual actualizada se debe a los populares, a mí me da lo mismo. Las herencias es lo que tienen: que heredas el activo y el pasivo, (como los hijos de los padres), los políticos “heredan” de los políticos anteriores (o renuncias a la herencia pero ¿algún político lo hace en su materia?). Claro, luego son todo excusas y echar la culpa a los anteriores (políticos), que echaron la culpa a su vez a los anteriores a ellos (políticos), que eran los mismos que los posteriores (políticos). Pero el pastel, o la plasta, son los mismos y las maneras, los modos y los motivos, también. Todo cambia para que nada cambie: los políticos. La política.

Zaragoza (¡importante capital!), hace unos días: alguien llama a la policía (ignoro si agentes municipales o nacionales) por haber un perro en un parque que ladra y molesta. A qué le ladra, no queda acreditado. Quién llama y denuncia, tampoco. Viene un equipo policial, supuestamente tratan de pillarlo (¿a mano, sin correas, sin golosinas, sin paciencia, sin simpatía, sólo con uniformes y porras?) y, como no se deja y una vez más, ladra, uno saca una pistola y lo mata http://www.antena3.com/noticias/sociedad/perro-muere-calle-zaragoza-ser-abatido-tiro-policia-local_2013061700042.html. Allí, en un parque, con niños y madres y abuelos.  Luego dicen oficialmente que era un mastín de “tropecientos” quilos y peligroso: la foto que hemos visto en el periódico, con el animal abatido, es de un mestizo de samoyedo (de lo más pacífico en perros) o un perro de aguas (más de lo mismo). Resulta que el dueño andaba por allí, borracho según las informaciones. Conociendo a los perros, y éste que descanse en paz, el animal ladraría para posiblemente para llamar la atención de la situación inestable del dueño, como otros lo hacen para salvar a la gente en un incendio o para avisar del desplome súbito de su amo con un síncope. Los perros sólo saben hacer estas cosas audibles: lloran, aúllan, ladran, gruñen. Si llora, sufre física o anímicamente; si aúlla, identifica su territorio; si ladra, avisa de que algo ocurre, lo que sea; si gruñe, y no siempre, puede morder (¿debo recordar el refrán: perro ladrador, poco mordedor? Sabiduría popular que no es, precisamente, simpática con los animales). Este perro ladraba, pues se lo cargaron. Si sólo hubiera llorado, igual también.

A esta institución policial no se le ocurrió (¿para qué si sólo era un bicho?), llamar a los servicios veterinarios (¡que tiene todo ayuntamiento, no digamos Zaragoza capital!) o zoológicos, o asociación protectora de la zona, para que lo sedaran o le echasen una red (¡que no era un mastín!) o alguien con oficio simplemente lo lazara (¡que lo hacen a diario los empleados de las perreras!) No. El señor policía, en uso de sus facultades gubernamentales delegadas, le pegó un tiro. Nadie dice si siquiera los agentes se dedicaron previamente a lo que tenían que hacer, retirar a la gente de la zona, ordenar la situación, coordinar el orden del entorno, evidentemente ni siquiera recurrir a profesionales de la captura, aunque pueden afirmarlo cuando les convenga. Luego, sin remedio ya, surgieron los testimonios privados que afirmaban que se había matado a un animal anciano, conocido por muchos, pacífico y sin problemas. Ya estaba muerto, a tiros y públicamente. Y al dueño además lo detienen, por borracho. El dueño, que por ebrio que estuviera, según dicen, al ver muerto a su perro, lloraba.



Alicante,  (¡importante región!), hace dos o tres días, personas particulares dan el aviso de que en una cuadra hay 16 animales (burros y caballos, o quizá 9, según otras informaciones), http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/14/alicante/1371209665.html atados corto a una barra, sin comida, con solo agua (que, como conozco el paño, estaría podrida y verde, eso lo digo yo) dejada en el suelo, al centro de la barra de amarre (no pudiendo llegar a ella los de los extremos). Flacos hasta la extenuación (hay foto)




y los caballos con los cascos deformados (no se los liman y terminan mal-pisando con el hueso de un modo muy grave y terriblemente doloroso). Todos ellos camino de la muerte, muchos por consunción ya inevitable, otros porque el ayuntamiento (¡en Alicante, gran región, con recursos!) no detectó o no le importó o no intervino en esta situación de abandono hasta que alguien, una persona privada,  la detectó, pero los habrá decomisado (en aplicación de la fría ley de la matanza programada), los llevará, o ya lo ha hecho, a perrera o cercado y los hará liquidar finalmente y creerá “el deber cumplido” mientras el dueño abandonador se ha librado de sus 16, o 9, enormes molestias, estupenda suerte incluso si le “cae” alguna mínima obligación jurídica. Hay una Protectora especializada en équidos que ha podido colaborar en el asunto, podrá poner un parche a la dejación, a lo mejor le han permitido retirar algunos de los animales (y que gaste dinero privado en rehabilitarlos a su costa) podrá… clamar en el desierto, como hacemos todos. Las instituciones regionales, obligadas incluso legalmente a la vigilancia y seguimiento de la situación de los animales (¡que estamos en Europa!), no vigilan, no siguen, no sitúan, no nada. Salvo llevarlos por vía rápida a su fin definitivo. Claro que, así como la rabia de Toledo ha venido de Marruecos, es que a lo mejor… no estamos en Europa. Sino en medio de ninguna parte.





Canarias (¡las islas afortunadas!), una de las siete islas, hace muy pocos días                              un periódico publica que un burro herido, abandonado de su dueño (sic) incapaz de moverse, en una zona de una población, está siendo alimentado por unos alemanes, que los mismos han llamado a la policía (supongo que local) y que no les han hecho ningún caso http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=303432. Una Asociación contra el maltrato a animales interviene de inmediato, desde muy lejos, en la península, tratando que el Seprona (que al parecer allí no tiene retén), o Protectoras de la zona (que no tienen medios ni capacidad) o quien sea que pueda, verifique la situación. Vaya, pues entonces, con enorme rapidez el periódico publica un desmentido del ayuntamiento del lugar, diciendo que el burro es de manada (no sé si con eso quiere decir salvaje) y que la misma está atendida por el consistorio y que se le da maíz y agua, que para nada está abandonado, etc. etc. etc. http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=303653

Administración, (ya sea nacional, autonómica, provincial o local) hija predilecta de la política y su mejor herramienta de manejo de los asuntos espinosos. No tengo duda de que los alemanes (ellos incluso ofrecían pagar los gastos de curación, si alguien trasladaba al animal) que destaparon el asunto, de muchas cosas no serían conscientes: de la ineficacia de la administración española, del despego de la población española frente a los animales (aunque de esto sí que lo eran), de la indiferencia de dueños españoles de animales cuando quieren racanear los euros que les cuestan, por no hablar aquí de los tiros de gracia tras la temporada de caza o por diversión, de los criadores que venden cachorros a laboratorios propios o ajenos para experimentos, del negocio ilegal de las peleas de perros y los robos de perros domésticos para que los destrocen vivos en entrenos de peleas, las también ilegales peleas de gallos, convertidos en animales de feroz hostilidad, las perreras de las que algunos ayuntamientos entregan la gestión a empresas desratizadoras (que sin duda amablemente “no usarán” raticida, veneno barato, para las muertes de perros y gatos programadas), las eutanasias sin control en recogidas y encierros en perreras, en las que no se tutela o beneficia la adopción sino producir números a la baja (¡hagan sitio, hagan sitio!, “soylent green” de camino), la importación incontrolada de cachorros de razas explotadas desde países eslavos, transportados en condiciones inhumanas y perecidos la mitad de ellos cruelmente en el viaje, para su venta y lucro mercantil… pero de lo que sí necesariamente tenían que ser conscientes los alemanes, y no tengo la menor duda, era de que el burro estaba inmóvil y herido y de que ellos le daban de comer. ¿Tutelado?

En toda España (y sin calificativos), el gobierno y la administración están empeñados en imponer por imperativo de Ley, en pleno siglo Veintiuno europeo y universal, que la tortura, la sangre y la matanza de animales es ARTE Y CULTURA http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/13/toros/1371152956.html. Y empujan, alientan y recomponen repugnantes fiestachos que agonizan, usando su facultad de legislar y subvencionar, y poniéndoles a esas palabras, dignas de muchísimo mejor uso, matices insultantes, ofensivos, degradantes, dado que los aplican como insignes calificativos del  abominable derecho a la matanza por diversión; cualquiera que conozca, sepa, intuya qué es el arte y la cultura, sabe que si de algo están exentas esas bondades de la humanidad en progreso, es de la crueldad y la muerte programada. De modo que en este país y sus regiones (con pocas excepciones, más que honrosas) muchos espectáculos públicamente incluyen tortura, alanceo y diversas muertes espantosas de animales para regocijo de… o para beneficio de… o para perjuicio de…, y los impulsan con ayudas salidas del dinero de nuestros bolsillos, a nuestro pesar, atropellando principios de ética y conciencia, ignorando la realidad y las estadísticas, renunciando a la razón y la lógica, derivando dinero de necesidades humanitarias actualmente acuciantes, para desparramarlo en encumbrar un muy mal llamado “arte y cultura” que chorrea sangre de matanza instituida, esto es, de barbarie medieval, no sólo no eliminada sino jaleada.

Sólo me he referido a muestras parciales de barbaridad institucional. En algún caso, actuación bárbara en el sentido literal de la palabra. En los otros, actuación bárbara por falta de evolución ética, de compromiso moral, de aceptación de la verdad, de reflexión humanitaria, de análisis de situación, de comprensión de lo que es el mundo en que vivimos y de que no hay otro donde ir; por falta de profesionalismo, por exceso de megalomanía, por malos hábitos adquiridos. La culpa es de los que les pagamos y no les exigimos.

  Vergüenza general por hacer, y permitir que se haga con los animales lo que se les hace, tanto a nivel personal como inaceptablemente, a nivel oficial. Y entretanto, entre muerte y muerte,  siguen las instituciones dejando libremente en manos de cualquiera la cría incontrolada, libre, arbitraria de miles y miles de nuevos animales, para que –al margen de que un sector de ellos tenga suerte y tenga dueño y tenga Justicia, que no es para Todos- luego sean abandonados, disparados, torturados, despreciados, negociados, exportados sin saberse dónde, importados sin saberse para qué, vendidos, trocados, cedidos, regalados, expuestos, transportados, manipulados, cuando no matados o despedazados. Ignorados de la Justicia (muchos de ellos)… mientras siguen y siguen dejando camadas de miles de animales que vuelven a girar en la misma rueda demoledora.

 Detengan (políticos, instituciones, organismos) actuaciones impresentables y gestionen como lo que son, empleados y mandatarios a sueldo del país… entero, no sólo de los lobbys mercantiles, esos que también dirigen la vida y muerte de los animales. Y al paso que llevamos, también la de las personas.


Sara Téllez-Torre
Para Acmat-Cero
19 de junio de 2013.