Día
Internacional por los Derechos de los Animales 2012.
Ciudadano, que vives
en los distintos países que conforman esta Península ¿europea?, es hora de que trasciendas de la rutina social y pienses
por ti mismo, no sólo en tu familia y los tuyos, sino en lo que te rodea, te
ampara y te permite vivir en el planeta, tu única morada.
Medita por
unos momentos si te ocurriera un día que, miembro de cualquier sociedad (evolución de primigenias manadas), vives
una vida cómoda, con comida, tranquilidad, familia, descendientes cuya
procreación es un derecho natural… hasta que un día los garantes de tu
tranquilidad, entes superiores que te aseguraban tu agradable rutina, la
interrumpen por ignotos motivos y te reconducen, con los tuyos, usando la
confianza que tú les tienes o la fuerza de que disponen. Ese día:
El sol luce acariciando la tierra, como cualquier
otro de la rutina planetaria: pero tú y un enorme grupo de tu zona sois
empujados fuera de vuestra tierra, y apretujados en un transporte oscuro y frío,
se os traslada en dirección ignorada. Al final de un duro y largo viaje, se os
empuja hacia unas heladas estancias donde no van a curar tus heridas ni
remediar tu hambre, ni reponer tu comodidad. Aunque confiabas que iban a
otorgarte, como tantas veces antes, una fría pero amable y saludable revisión corporal
antes de devolverte tu bienestar.
Luego, pasando el grupo trasladado, uno a uno, por
desapacibles pasillos, entreverás ligeramente a las personas que hasta entonces
te ampararon y alimentaron y serás o no consciente de que te matan. Con mejor o
peor fortuna, con tu protesta o sin ella, con la cabeza alta o baja, engañado o
forzado, rebelde o sumiso, sano o enfermo, macho o hembra, joven o bebé: matan
a todos. De distintas maneras.
¿Los matados son animales? Pero ¿y si dijera que es
una referencia al holocausto que no hace tanto sufrieron personas por su
cualidad de judíos? Eso ocurrió y torturas horribles tuvieron lugar,
masivamente, contra gente que eran como cualquiera, entes que vivían y
respiraban antes de ser forzados a una tortura y muerte brutales: El hombre atentando
no ya solo contra el hombre sino contra la vida misma. Y eso, que parece el
pasado, no ha dejado de suceder, la tortura, el abuso, la matanza, antes de
ahora y ahora mismo. El hombre sigue arremetiendo, activa o pasivamente, contra
la vida, de un modo cruel y cotidiano: a veces, contra el hombre mismo y,
siempre, contra los animales, sus compañeros de vida desde el inicio de los
tiempos y su objetivo de muerte, en todas las épocas.
A estas
alturas, ciudadano, ya sabes que la matanza masiva se
sigue practicando: con los animales de cría y explotación, con la tortura
institucionalizada en las corridas y festejos en los que la diversión consiste
en alancear y matar y con buena parte de los animales domésticos a los que diariamente
venden, abandonan, torturan, violan,
cuelgan, trocean en vida, o los dejan morir de hambre, los arrojan
atados a los ríos o en las vías para que los maten los trenes.
En este
momento, ciudadano, si no tienes
moral universal alegarás festivamente que la chistorra, el chorizo y los filetes –que no necesitas para vivir- son una delicia inexcusable para un
paladar viciado por la abundancia y que toda muerte vale un banquete pasajero;
que usar los animales para torturarlos públicamente y “divertirte” es una
tradición gloriosa; que hacer arbitrariamente con tu propiedad –una mascota doméstica- tu antojo abusivo
es un derecho.
En ese
momento, ciudadano, si tienes algún asomo de moral,
medita: ¿Acaso lo narrado es incierto? ¿Aceptarías
otro holocausto de humanos? ¿Y por qué sí de animales y en este caso día tras
día?
Es la cruda verdad de cada día, cada semana,
cada mes, cada año de cada siglo. Y los
políticos, los principales llamados a promover la justicia, han demostrado
ya su ineficacia, inoperancia e indiferencia. Pero eso no son cualidades ajenas
a la política.
Lamentablemente
su despego en este asunto está lesionando la moral de quienes la tenemos y alentando
la falta de moral de los que no la tienen. Los
políticos deben asumir la obligación natural, moral y civilizada de
promover una sociedad justa universal a todos los niveles y deben actuar (o se les debe presionar para que actúen)
por la justicia global para todos, de modo inmediato.
Basta de política mediatizada por intereses
económicos que comportan sufrimiento para los animales, basta de políticos
defensores de la tortura y muerte en las corridas de toros, basta de administradores sólo
preocupados por las tasas de la caza, basta de mercantilismo basada en la
sangre y la muerte. Basta de fiestas que comportan tortura y matanza.
La crisis
económica no es argumento para no empezar a resolver la situación de los
animales. Infinitas crisis ha sufrido la humanidad y de todas ha salido
evolucionada y fortalecida. Ocúpense, como deben, de resolver los problemas
sociales y personales. Preocúpense, como deben, de solucionar la situación de
los animales en el país.
Derechos YA.
JUSTICIA PARA TODOS.
Asociación
Contra el Maltrato Animal- Tolerancia Cero (Acmat-Cero)
10 de
diciembre de 2012
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