Situación de los animales en España.
Barbaridad
institucional.
Durante los
últimos dos años, más o menos, las barbaridades en España
–de forma continuada y continua- contra
los animales han venido ocurriendo a nivel grupal o individual, espectáculos
aparte: Fueron asuntos horribles, tales como la burrita con las tripas reventadas
por un grupo de quintos ( en un pueblo
del Oeste español) http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/los-quintos-de-torreorgaz-matan-a-una-burra-a-patadas-y-con-un-palo-en-recto_473826.html,
habiendo otro grupo de jóvenes acosando a una vaquilla brutalmente hasta la
muerte (en un pueblo del Sur de España)
http://www.publico.es/espana/316783/una-vaquilla-es-maltratada-hasta-la-muerte-en-alhaurin-el-grande
, la matanza de Schnauzi (en un lugar
inconcreto) http://www.laverdad.es/murcia/v/20110216/espana/tortura-perro-moviliza-policia-20110216.html, los cachorros con miembros cortados en vivo (en el Oeste del país) http://www.hoy.es/20110325/local/badajoz/detenido-hombre-badajoz-torturar-201103251309.html, los asaltos y matanzas de animales en
albergues de Protectoras (en distintos
lugares, Este, Noroeste y Centro del
país)… http://www.publico.es/espana/122149/una-protectora-denuncia-la-violacion-la-tortura-y-la-muerte-de-una-de-sus-perras
Ejemplos
llamativos, que no únicos: de forma silente están los ahorcamientos de galgos
por cazadores (ya no sirven para su
“ocio” y los ahorcadores contemplan divertidos los minutos de ahogamiento
progresivo del animal, que nota el roce con el suelo, sin alcanzarlo en su
desesperación); los abandonos indiscriminados de animales amparados sus
dueños en la ilegalidad (no cumplimiento
de la obligación del chip para un animal que nadie le obligó a tener) y el
cobarde abandono secreto, nocturno o programado (ahí te quedas, en cualquier sitio, a tu suerte…); las apresuradas
entregas a las perreras de perros supuestamente peligrosos, o no (por
librarse de obligaciones específicas antieconómicas); la dejación de la
atención veterinaria (un gasto
¿innecesario?), cuando no la ausencia de comida (que la economía está muy mal…), los amarres con cadenas menores de
un metro que inmovilizan a los animales (total,
sólo son bichos), el desparrame de gatos a los que se abandona de noche en
los parques (¡ya los cuidará alguna “loca
de los gatos”!), los animales que llegan recogidos por protectoras
privadas, apaleados, quemados, atravesados con punzones (y que con magros recursos
cuidarán a su propia costa), o a los que se tirotea y atraviesa, o se
revienta o empareda en zonas urbanas de postín, los cachorros (perros, gatos) a los que se ha
permitido irresponsablemente nacer y que el dueño culpable mete con sus lloros
famélicos en una bolsa de basura y la tira al contenedor donde morirán de hambre,
frío y asfixia o triturados por el compactador del camión de la basura, y muy
recientemente el desplome del sector de los equinos (caballos-burros-mulas), a los que muchos particulares ya no quieren
atender y destinan en buena parte al matadero (la carne se cotiza), por medio de supuestos por los que se les da
el pase como ganado (y por tanto, carne inespecífica)
en lugar de amigos y fieles servidores de los hombres, que lo fueron. Sin
trabajar, como siempre han debido hacer, las
instituciones públicas, para impedir la natalidad y la cría de animales,
que continúa produciendo material biológico para barbaridades múltiples.
Pero eso son
ejemplos individuales: muchos, muchísimos hay y son maldades de conciencia, de
personalidad, de actuación privada, como tantas otras cosas ilegales,
ilegítimas, amorales… pero cometidos por gente, identificada o no, pero con
identidad personal. Sí, de gente que, si más allá de este mundo hay Justicia para Todos, se tendrá que
enfrentar a ella en su futuro, y muy duramente.
Pero no me refiero aquí más a ellos, no. La
barbarie que veo ahora instalarse es la institucional:
el impulso oficial para la degradación absoluta de la cualidad del animal hasta
lo más bajo de la creación, tanto más cuanto más cerca han estado
históricamente de la persona humana:
En Toledo (¡importante capital!), hace
unas semanas, y después de muchísimos años erradicada, ha rebrotado la rabia en la
península. Las instituciones han
matado a tiros al perro infectado, luego a otro perro más (¡por estar bajo de defensas!) http://www.periodistadigital.com/castilla-la-mancha/toledo/2013/06/14/perros-aislados-toledo-sacrificado-rabia.shtml
y han confinado a unos cuantos más. Han implantado una zona de exclusión para
cerrar la posibilidad de extensión del brote y dado normas para control de
perros, gatos y hurones, que van a caer fulminados a poco que se dejen ver
sueltos. http://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZDA9F9FC2-DDBA-472A-187194BB678D23DA/20130611/junta/ordena/inmediata/captura/perros/gatos/callejeros
Veamos: los animales van a considerarse
tan, tan bajo, que en realidad ya se ha dictado su destino: el Sr.
Director de Agricultura, de la Junta Autonómica , político él, como tantos, ya ni se
molesta en disfrazar verbalmente la situación: para qué, si saben manejar el
miedo de la gente para barnizar de conformidad popular a sus acciones, y el
país es de ellos, de los políticos,
y los humanos somos los siervos-contribuyentes
(a su bienestar y nuestro malestar) y los animales los consideran una
utilitaria biomasa indiscriminada:
… animales vagabundos… con rabia o sin rabia. No
habría que esperar a situaciones como ésta para retirarlos, puesto que hay
elementos de seguridad… que recomiendan cercenar la existencia de los mismos…
(el subrayado es mío)
Trasladen
estas frases (que pueden encontrar en el
enlace periodístico correspondiente) a los años 39-45 del siglo pasado (II G.M.) y verán un retrato perfecto de
lo que se podía alegar, razones cualesquiera que eligieran, entonces para
justificar los subsiguientes campos de exterminio.
Cuando, antes bien, la culpa, toda la culpa,
la grandísima culpa real de este brote de rabia proviene de la torpeza política
de que, en Castilla-La Mancha, al
socaire de que la rabia no existía ya, la vacuna de la rabia –obligatoria anualmente casi en todas partes-
allí era bianual, esto es, se vacunaba (los
que lo hacían) cada dos años. Sólo en 2012 (el año pasado) se volvió a instaurar la vacuna anual… pero cuando
el perro con rabia se instaló en Toledo,
muchos animales estaban (y están)
desprotegidos gracias a la previa situación. Si esa permisividad se debió a los
socialistas y la norma anual actualizada
se debe a los populares, a mí me da
lo mismo. Las herencias es lo que tienen: que heredas el activo y el pasivo, (como los hijos de los padres), los políticos “heredan” de los políticos anteriores (o renuncias a la herencia pero ¿algún
político lo hace en su materia?). Claro, luego son todo excusas y echar la
culpa a los anteriores (políticos),
que echaron la culpa a su vez a los anteriores a ellos (políticos), que eran los mismos que los posteriores (políticos). Pero el pastel, o la
plasta, son los mismos y las maneras, los modos y los motivos, también. Todo
cambia para que nada cambie: los políticos. La política.
Zaragoza (¡importante capital!),
hace unos días: alguien llama a la policía (ignoro
si agentes municipales o nacionales) por haber un perro en un parque que
ladra y molesta. A qué le ladra, no queda acreditado. Quién llama y denuncia,
tampoco. Viene un equipo policial, supuestamente tratan de pillarlo (¿a mano, sin correas, sin golosinas, sin
paciencia, sin simpatía, sólo con uniformes y porras?) y, como no se deja y
una vez más, ladra, uno saca una pistola y lo mata http://www.antena3.com/noticias/sociedad/perro-muere-calle-zaragoza-ser-abatido-tiro-policia-local_2013061700042.html.
Allí, en un parque, con niños y madres y abuelos. Luego dicen oficialmente que era un mastín de “tropecientos” quilos y peligroso: la
foto que hemos visto en el periódico, con el animal abatido, es de un mestizo
de samoyedo (de lo más pacífico en
perros) o un perro de aguas (más de
lo mismo). Resulta que el dueño andaba por allí, borracho según las
informaciones. Conociendo a los perros, y éste que descanse en paz, el animal
ladraría para posiblemente para llamar la atención de la situación inestable del
dueño, como otros lo hacen para salvar a la gente en un incendio o para avisar
del desplome súbito de su amo con un síncope. Los perros sólo saben hacer estas
cosas audibles: lloran, aúllan, ladran,
gruñen. Si llora, sufre física o anímicamente; si aúlla, identifica su
territorio; si ladra, avisa de que algo ocurre, lo que sea; si gruñe, y no
siempre, puede morder (¿debo recordar el
refrán: perro ladrador, poco mordedor? Sabiduría popular que no es,
precisamente, simpática con los animales). Este perro ladraba, pues se lo
cargaron. Si sólo hubiera llorado, igual también.
A esta institución
policial no se le ocurrió (¿para qué si sólo
era un bicho?), llamar a los servicios veterinarios (¡que tiene todo ayuntamiento, no
digamos Zaragoza capital!) o zoológicos, o asociación
protectora de la zona, para que lo sedaran o le echasen una red (¡que no era un mastín!) o alguien con
oficio simplemente lo lazara (¡que lo
hacen a diario los empleados de las perreras!) No. El señor policía, en uso
de sus facultades gubernamentales delegadas, le pegó un tiro. Nadie dice si
siquiera los agentes se dedicaron previamente a lo que tenían que hacer,
retirar a la gente de la zona, ordenar la situación, coordinar el orden del
entorno, evidentemente ni siquiera recurrir a profesionales de la captura,
aunque pueden afirmarlo cuando les convenga. Luego, sin remedio ya, surgieron
los testimonios privados que afirmaban que se había matado a un animal anciano,
conocido por muchos, pacífico y sin problemas. Ya estaba muerto, a tiros y
públicamente. Y al dueño además lo detienen, por borracho. El dueño, que por
ebrio que estuviera, según dicen, al ver muerto a su perro, lloraba.
Alicante, (¡importante
región!), hace dos o tres días, personas particulares dan el aviso de que
en una cuadra hay 16 animales (burros y caballos,
o quizá 9, según otras informaciones), http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/14/alicante/1371209665.html
atados corto a una barra, sin comida, con solo agua (que, como conozco el paño, estaría podrida y verde, eso lo digo yo)
dejada en el suelo, al centro de la barra de amarre (no pudiendo llegar a ella los de los extremos). Flacos hasta la
extenuación (hay foto)
y los caballos
con los cascos deformados (no se los
liman y terminan mal-pisando con el hueso de un modo muy grave y terriblemente
doloroso). Todos ellos camino de la muerte, muchos por consunción ya
inevitable, otros porque el ayuntamiento
(¡en Alicante,
gran región, con recursos!) no detectó o no le importó o no intervino en
esta situación de abandono hasta que alguien, una persona privada, la detectó, pero los habrá decomisado (en aplicación de la fría ley de la matanza
programada), los llevará, o ya lo ha hecho, a perrera o cercado y los hará liquidar
finalmente y creerá “el deber cumplido”
mientras el dueño abandonador se ha librado de sus 16, o 9, enormes molestias, estupenda
suerte incluso si le “cae” alguna mínima obligación jurídica. Hay una Protectora
especializada en équidos que ha podido colaborar en el asunto, podrá poner un
parche a la dejación, a lo mejor le han permitido retirar algunos de los
animales (y que gaste dinero privado en
rehabilitarlos a su costa) podrá… clamar en el desierto, como hacemos
todos. Las instituciones regionales,
obligadas incluso legalmente a la vigilancia y seguimiento de la situación de
los animales (¡que estamos en Europa!), no vigilan, no siguen, no
sitúan, no nada. Salvo llevarlos por vía rápida a su fin definitivo. Claro que,
así como la rabia de Toledo ha
venido de Marruecos, es que a lo
mejor… no estamos en Europa. Sino
en medio de ninguna parte.
Canarias (¡las islas afortunadas!), una de las siete islas, hace muy pocos días un periódico
publica que un burro herido, abandonado de su dueño (sic) incapaz de moverse, en una zona de una población, está siendo
alimentado por unos alemanes, que los mismos han llamado a la policía (supongo que local) y que no les han
hecho ningún caso http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=303432.
Una Asociación contra el maltrato a animales interviene de inmediato, desde muy
lejos, en la península, tratando que el Seprona
(que al parecer allí no tiene retén),
o Protectoras de la zona (que no tienen
medios ni capacidad) o quien sea que pueda, verifique la situación. Vaya,
pues entonces, con enorme rapidez el periódico publica un desmentido del ayuntamiento del lugar, diciendo que el
burro es de manada (no sé si con eso quiere
decir salvaje) y que la misma está atendida por el consistorio y que se le
da maíz y agua, que para nada está abandonado, etc. etc. etc. http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=303653
Administración, (ya sea nacional, autonómica, provincial o local) hija predilecta de
la política y su mejor herramienta de manejo de los asuntos espinosos. No tengo
duda de que los alemanes (ellos incluso
ofrecían pagar los gastos de curación, si alguien trasladaba al animal) que destaparon el asunto, de muchas cosas
no serían conscientes: de la ineficacia de la administración española, del despego de la población española
frente a los animales (aunque de esto sí
que lo eran), de la indiferencia de dueños españoles de animales cuando
quieren racanear los euros que les cuestan, por no hablar aquí de los tiros de
gracia tras la temporada de caza o por diversión, de los criadores que venden cachorros
a laboratorios propios o ajenos para experimentos, del negocio ilegal de las
peleas de perros y los robos de perros domésticos para que los destrocen vivos
en entrenos de peleas, las también ilegales peleas de gallos, convertidos en
animales de feroz hostilidad, las perreras de las que algunos ayuntamientos
entregan la gestión a empresas desratizadoras (que sin duda amablemente “no usarán” raticida, veneno barato, para las
muertes de perros y gatos programadas), las eutanasias sin control en
recogidas y encierros en perreras, en las que no se tutela o beneficia la adopción
sino producir números a la baja (¡hagan
sitio, hagan sitio!, “soylent green” de camino), la importación incontrolada
de cachorros de razas explotadas desde países eslavos, transportados en
condiciones inhumanas y perecidos la mitad de ellos cruelmente en el viaje,
para su venta y lucro mercantil… pero de lo que sí necesariamente tenían que
ser conscientes los alemanes, y no tengo la menor duda, era de que el burro
estaba inmóvil y herido y de que ellos le daban de comer. ¿Tutelado?
En toda España (y sin calificativos), el gobierno
y la administración están empeñados
en imponer por imperativo de Ley, en pleno siglo Veintiuno europeo y universal,
que la tortura, la sangre y la matanza de
animales es ARTE Y CULTURA http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/13/toros/1371152956.html. Y empujan, alientan y recomponen repugnantes
fiestachos que agonizan, usando su facultad de legislar y subvencionar, y
poniéndoles a esas palabras, dignas de muchísimo mejor uso, matices
insultantes, ofensivos, degradantes, dado que los aplican como insignes
calificativos del abominable derecho a
la matanza por diversión; cualquiera que conozca, sepa, intuya qué es el arte
y la cultura, sabe que si de algo están exentas esas bondades de la
humanidad en progreso, es de la crueldad y la muerte programada. De modo que en
este país y sus regiones (con pocas
excepciones, más que honrosas) muchos espectáculos públicamente incluyen
tortura, alanceo y diversas muertes espantosas de animales para regocijo de… o
para beneficio de… o para perjuicio de…, y los impulsan con ayudas salidas del
dinero de nuestros bolsillos, a nuestro pesar, atropellando principios de ética
y conciencia, ignorando la realidad y las estadísticas, renunciando a la razón
y la lógica, derivando dinero de necesidades humanitarias actualmente
acuciantes, para desparramarlo en encumbrar un muy mal llamado “arte y cultura” que chorrea sangre de matanza instituida, esto es, de
barbarie medieval, no sólo no eliminada sino jaleada.
Sólo me he
referido a muestras parciales de barbaridad
institucional. En algún caso, actuación bárbara en el sentido literal de la
palabra. En los otros, actuación bárbara por falta de evolución ética, de
compromiso moral, de aceptación de la verdad, de reflexión humanitaria, de
análisis de situación, de comprensión de lo que es el mundo en que vivimos y de
que no hay otro donde ir; por falta de profesionalismo, por exceso de
megalomanía, por malos hábitos adquiridos. La culpa es de los que les pagamos y
no les exigimos.
Vergüenza
general por hacer, y permitir que se haga con los animales lo que se les hace,
tanto a nivel personal como inaceptablemente, a nivel oficial. Y entretanto,
entre muerte y muerte, siguen las instituciones dejando libremente en
manos de cualquiera la cría incontrolada, libre, arbitraria de miles y miles de
nuevos animales, para que –al margen de
que un sector de ellos tenga suerte y tenga dueño y tenga Justicia, que no es para
Todos- luego sean abandonados, disparados, torturados, despreciados,
negociados, exportados sin saberse dónde, importados sin saberse para qué,
vendidos, trocados, cedidos, regalados, expuestos, transportados, manipulados,
cuando no matados o despedazados. Ignorados de la Justicia (muchos
de ellos)… mientras siguen y
siguen dejando camadas de miles de animales que vuelven a girar en la misma
rueda demoledora.
Detengan (políticos, instituciones,
organismos) actuaciones
impresentables y gestionen como lo que son, empleados
y mandatarios a sueldo del país… entero, no sólo de los lobbys mercantiles, esos que también
dirigen la vida y muerte de los animales. Y al paso que llevamos, también la de
las personas.
Sara
Téllez-Torre
Para Acmat-Cero
19 de junio de
2013.